Según la Asociación de la Industria Fotovoltaica Europea, la energía solar en Europa empezará a ser económicamente competitiva frente a la electricidad convencional a partir del año 2010. En la actualidad, los problemas con las cargas administrativas y las dificultades de conexión a la red están frenando a la industria.
Por ahora la energía solar cuesta alrededor de 0,2-0,4 euros por kilovatio, entre cuatro y ocho veces más cara que la energía conseguida a base de combustibles fósiles.
Mientras la industria fotovoltaica reduce sus costos cada año, los combustibles fósiles se irán encareciendo a causa de su escasez y la necesidad de comprar permisos para emitir CO2 con la entrada del Plan de Comercio de Emisiones de la UE en 2013.