Las tecnologías solares se dividen en dos grupos las activas y las pasivas, dependiendo de la forma en que se captura, convierte y distribuye la energía del sol.
En el uso de la tecnología solar activa entran en juego los colectores, paneles solares térmicos o paneles fotovoltaicos, mediante ellos se trata de generar calor para usarlo según nuestras necesidades y convertir los rayos del sol en aire caliente o frío, calentar agua, evaporar fluidos o incluso convertirla en electricidad. En resumen diríamos que la tecnología solar activa nos abastece de energía.
En la tecnología solar pasiva no se utiliza ninguno de los elementos anteriormente nombrados, se tiene en cuenta por ejemplo a la hora de construir una vivienda que los materiales cuenten con propiedades térmicas como también la orientación que tendrá respecto al sol, se construye una chimenea solar para procurarle una ventilación natural o se usa el calor del sol mediante ventanas o muros diseñados para recibir el calor diurno y repartirlo por la noche. En resumen la tecnología solar pasiva trata de reducir el consumo de energía.
La tecnologías solares puede ofrecernos:
• Calentamiento de agua.
• Iluminación.
• Calefacción doméstica.
• Refrigeración.
• Aire acondicionado.
• Energía para pequeños electrodomésticos.
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